El intestino permeable es una condición cada vez más común. Algunos médicos funcionales incluso lo consideran una epidemia.
Su aumento tiene que ver con los cambios en el estilo de vida actual, por ejemplo:
Mayor estrés
Más exposición a toxinas
Alimentación inflamatoria
Bacterias en desbalance en la microbiota
Las medicinas ancestrales han repetido durante miles de años que la salud del intestino es central para que el resto del organismo funcione correctamente.
En la medicina convencional actualmente se empieza a reconocer el síndrome de intestino permeable como uno de los factores relacionados con una larga lista de enfermedades y síntomas, por ejemplo:
Úlceras gástricas
Dolor de articulaciones
Alergias
Tendencia a subir de peso
Enfermedades del metabolismo como hígado graso, diabetes tipo 2, enfermedades del corazón
Infecciones respiratorias frecuentes
Condiciones autoinmunes -como artritis, tiroiditis de Hashimoto, colitis ulcerosa, lupus, esclerosis múltiple, diabetes tipo 1
Problemas en la piel, como acné, rosácea y psoriasis
Desórdenes en el estado de ánimo, como depresión y ansiedad
Fatiga crónica
Migraña
Enfermedad de Parkinson
Síndrome de intestino irritable, enfermedad de Crohn, SIBO (Small Intestine Bacterial Overgrowth)
Enfermedad celiaca
Cáncer de esófago o colorectal
Aún no hay evidencia que demuestre de forma contundente que el intestino permeable causa estas condiciones; pero la evidencia sí sugiere que las personas que tienen intestino permeable tienden a presentar uno o más de estos síntomas y condiciones.
Las investigaciones siguen avanzando y cada vez entendemos mejor de qué manera nuestra alimentación y estilo de vida afectan el intestino y con ello impactan de manera negativa el resto de nuestra salud.
Aún así, es poco frecuente que un médico convencional identifique o diagnostique el intestino permeable; todavía es un tema polémico.
¿Qué es el intestino permeable?
En nuestro intestino hay una barrera que funciona como una aduana.
Es una capa de células epiteliales que recubre el intestino. El grosor de esta capa es de una sola célula. Y estas células están unidas por proteínas especiales (hay más de 40 tipos), encargadas de abrir o cerrar esa aduana. Cuando funcionan bien:
✅ Dejan pasar los nutrientes al resto del cuerpo
❌ Impiden el paso a todo lo demás
Cuando no funciona bien, se cuelan a tu torrente sanguíneo (y por todo el cuerpo) toxinas, bacterias y antígenos que pueden causar problemas en el organismo.
Esto se llama intestino permeable, o “hiperpermeabilidad intestinal”.
¿Qué tiene que ver con el sistema inmune?
Cuando estas toxinas, bacterias o antígenos se cuelan al torrente sanguíneo, el sistema inmune detecta que no deberían estar ahí y los percibe como una amenaza.
Esta reacción provoca inflamación en el cuerpo. Esta inflamación sirve para combatir infecciones o enfermedades, pero cuando se activa constantemente (por ejemplo, cada vez que comemos gluten) puede convertirse en inflamación crónica y dar pie a múltiples enfermedades.
En algunas personas, además, el sistema inmune “se confunde”.
Al atacar a esas toxinas o bacterias que no deberían estar en la sangre, ataca también a células sanas del propio cuerpo, porque su estructura es parecida. El sistema inmune empieza a producir anticuerpos específicos para atacar esas células y va destruyendo los tejidos.
Por ejemplo:
Anticuerpos que atacan la tiroides (tiroiditis de Hashimoto)
Anticuerpos que atacan las articulaciones (artritis)
Anticuerpos que atacan el colon (colitis ulcerosa)
Anticuerpos que atacan células del páncreas (diabetes tipo 1)
Anticuerpos que atacan distintos tejidos (lupus)
¿Cuáles son las causas del intestino permeable?
Algunas de las causas son:
Alimentos inflamatorios - como gluten, azúcar refinada, alimentos modificados genéticamente, aceites hidrogenados, aditivos sintéticos, lácteos convencionales, alcohol, granos (maíz, trigo, cebada, etc.), lectinas (más presentes en trigo, frijoles, soya, arroz)
Estrés crónico
Exceso de toxinas - por ejemplo antibióticos (en las carnes que comemos o en los medicamentos), pesticidas, agua sin filtrar, exceso de fármacos, alcohol, drogas
Desbalance en la microbiota - para que la barrera intestinal esté sana, es importante que haya suficientes bacterias benéficas en la microbiota y que se reduzcan las bacterias nocivas.
¿Qué se puede hacer para reducir la permeabilidad intestinal?
Lo primero es retirar los alimentos que están dañando el recubrimiento intestinal:
Toda la comida procesada
Toda la comida empacada (enlatados, embolsados, encajados, embutidos y enfrascados en general con fecha de caducidad más allá de 3 días ya que contienen conservadores)
Gluten (trigo, centeno, cebada) - ojo, también está presente en aderezos y salsas (como mayonesa, catsup, etc.) y en muchos alimentos procesados
Azúcar refinada
Aceites hidrogenados
Aditivos y colorantes
Lácteos convencionales
Alcohol y picante en exceso
Granos (se pueden remojar o germinar para ayudar a reducir las lectinas, además de cocinarlos en olla de presión)
Alimentos genéticamente modificados, que tienden a ser más altos en lectinas (procura comprar vegetales y frutas orgánicas siempre que puedas, o de agricultores pequeños y locales)
Y agregar alimentos que ayudan a reparar la barrera intestinal y a balancear la microbiota:
Kaldos Keat
El caldo de huesos es la estrella cuando se trata de reducir el intestino permeable. Contiene colágeno, prolina, glutamina y glicina que ayudan a reparar el recubrimiento intestinal. Pide un programa Kaldos Microbiota y aprovecha esos 16 días para eliminar todos los alimentos inflamatorios e incluir más de los alimentos que te ayudan a reparar.Ghee - contiene ácido butírico, que ayuda a reparar las paredes intestinales y recuperar el balance de la microbiota. En Keat fabricamos ghee de calidad impecable (de vacas que producen un tipo de proteína conocido como A2 en lugar de A1 y que lo hace mucho más benéfico, alimentadas con pasto, orgánico, sin ningún aditivo). Pídelo aquí.
Probióticos y alimentos fermentados (como kéfir, sauerkraut, kimchi, kvass)
Coco en todas sus formas, por sus ácidos grasos que ayudan a la salud digestiva
Semillas germinadas (como chía, linaza, hemp) - son ricas en fibra, que sirve de alimento para las bacterias benéficas de la microbiota
Alimentos ricos en omega 3, como salmón salvaje, cordero, carne de res de libre pastoreo
Grasas saludables - aguacate, ghee, aceite de coco, huevos enteros
Hierbas y especias
Vinagre de sidra de manzana orgánico
Otros cambios que ayudan significativamente:
Manejar mejor el estrés
Ni siquiera todo el caldo de huesos del mundo puede reparar el daño intestinal si nuestros niveles de estrés (y cortisol) son muy altos. Es recomendable iniciar prácticas de autocuidado mental y emocional, como relajación, respiración, gratitud, etc.Ayuno intermitente
Es muy benéfico para reducir la inflamación digestiva y para ayudar a que las células se regeneren y se limpien.Estimular el nervio vago
Es parte del sistema nervioso parasimpático, que es el encargado de las procesos de relajación y digestión y es esencial para la salud intestinal.
Se puede estimular de manera natural con ejercicios de respiración profunda, cantar o vocalizar, o exponerte al frío (por ejemplo, abrir el agua fría al enjuagarte después de bañarte).
¿Durante cuánto tiempo hay que hacer estos cambios?
Nuestro intestino es muy resiliente.
Incluso en un par de semanas puedes notar cambios positivos si los síntomas que tienes son menores.
Si tienes condiciones inflamatorias, enfermedades autoinmunes u otros temas, es recomendable mantener estos cambios durante al menos 6 meses (o hasta 2 años) para ayudar al recubrimiento intestinal a recuperarse de los daños que también tomaron años en ocurrir.
Después de ese tiempo, puedes probar a reintroducir algunos de estos alimentos.
Nuestra recomendación es iniciar con un programa de Kaldos Microbiota para hacer el cambio hacia ese estilo de vida de salud digestiva. Una vez que empieces a notar los beneficios, no los vas a querer dejar.
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