¿Te has dado cuenta de las mezclas de toxinas que haces todos los días?


Por ejemplo…


Tomar un trago de alcohol… al lado de alguien que está fumando.


Comer algunos gustos culposos... y luego tomar un antiácido.


Pasar un día estresante… y además pasarlo respirando aire encerrado, sin salir al aire libre.


A veces le damos a nuestro cuerpo una mezcla doble o hasta triple, sin siquiera darnos cuenta. Y en las semanas de fin de año, esto se multiplica.


Nuestro organismo hace todo lo posible para procesar esas toxinas, pero llega un momento en que no puede más. Es entonces cuando empiezan los síntomas:


  • Agotamiento, desgana

  • Centímetros extra en el estómago y en todo el cuerpo

  • Dolores de cabeza o de articulaciones

  • Granitos en la piel

  • Estreñimiento

...y un largo etcétera.




Cuando se trata de toxinas, 1+1 no es igual a 2. 


Cada toxina adicional multiplica el efecto.


No es sólo sumarle una tarea más al hígado, sino pedirle que duplique o triplique su trabajo.


Por ejemplo, si usualmente procesar el alcohol es un reto, si a eso le agregamos respirar el humo del tabaco que alguien más está fumando, o procesar una carga intensiva de azúcar (por mezclar el alcohol con refresco o con un postre), ponemos a nuestro hígado a trabajar a marchas forzadas.


Lo mismo sucede con una comida pesada o difícil de digerir. Nuestro cuerpo ya está dedicando toda su energía para procesar lo que recibió. Por eso sentimos esa fatiga intensa después de comer y tal vez reflujo o acidez. Para tratar de remediarlo, tomamos un antiácido… que calma momentáneamente, pero incluye muchos químicos nocivos que se suman a las toxinas que ya estaba tratando de procesar nuestro organismo. 


El estrés es una toxina más difícil de identificar, pero tiene el mismo efecto en el cuerpo cuando no sabemos regresar al organismo al estado de calma. Y si además pasamos el día entero en un espacio cerrado (como un estudio o una oficina), el hígado tiene que lidiar con las toxinas de ese aire encerrado. 


El aire de un espacio cerrado es de 2 a 17 veces más tóxico que el de un espacio abierto, incluso en las ciudades. Es porque la naturaleza busca siempre el equilibrio y el flujo, mientras que al interior se acumulan compuestos tóxicos volátiles que inhalamos. Vienen de los recubrimientos sintéticos, de productos de limpieza, fragancias, bacterias que no son benéficas, etc. 


Se dice que el tiempo mínimo que nos conviene pasar al aire libre son 2 horas cada día. Con 2 horas ayudamos a nuestro cuerpo a compensar muchos de los retos de nuestro estilo de vida. Con 2 horas al día mejoran los marcadores de carga tóxica que se reflejan en cómo funcionan nuestras mitocondrias, nuestras hormonas, nuestro sistema inmune, nuestro cerebro, etc. Y el tiempo que no podamos pasar afuera, ¡por lo menos hay que abrir las ventanas para ventilar!


Otras fuentes de toxinas (las más comunes) son:

  • Alimentos procesados, bebidas procesadas, excesos

  • Agua que no pasó por un buen filtro, agua en botella de plástico

  • Ambiente contaminado o encerrado, limpiadores, fragancias

  • Productos de belleza y cuidado personal

  • Estrés y pensamiento negativo




En conclusión…


Queremos cerrar el año con gratitud y salud, no agotados y llenos de malestares. 


Para eso:


  1. Evita los combos de toxinas. Si vas a darte un gusto con la comida o tomar una copa de vino, al menos tómate un tiempo para caminar al aire libre ese día, aléjate del cigarro, abre las ventanas y prepárate un desayuno casero muy saludable.

  2. Dale a tu hígado un aumento, aguinaldo y vacaciones. Es generoso, talentoso y súper trabajador, ¡se merece un apapacho!

    La forma más fácil de darle todo esto es hacer un Tune Up a inicios de diciembre:

    • Le das días con una bajísima carga de toxinas. Por fin un tiempo para bajar el ritmo y hacer las cosas importantes que no ha podido atender, como reparar células que ya no funcionan.

    • Le das los nutrientes específicos que necesita. Es como darle un aumento o un aguinaldo, va a tener mucho más recursos para trabajar mejor.

    • Le das apoyo y apapacho a los sistemas que trabajan junto con él. Es como consentir al equipo completo. ¡Claro que todo el organismo empieza a funcionar mejor!

Una investigación encontró que entre más toxinas se utilizan en la agricultura alrededor de una ciudad, más tiende a aumentar el número de unidades para tratamientos renales en esa ciudad. La relación es directa: entre más toxinas recibimos, más apoyo necesita nuestro hígado.


Dale el refuerzo que necesita con un Tune Up de 5 días. Vas a poder sentirte excelente durante el Guadalupe-Reyes y también en enero, cuando muchos apenas estén dándose cuenta del daño que le hizo a su organismo un mes de combos y excesos. 


Pide tu Tune Up aquí y prepárate para comer delicioso mientras tu hígado disfruta del apapacho. 


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