Hay acciones muy sencillas que nos acercan al estilo de vida para el que nuestro cuerpo está diseñado, en sincronía con la naturaleza.


Estas acciones simples suelen conseguir grandes resultados, entre ellos: un sistema inmune en balance. No queremos defensas débiles, pero tampoco activas en exceso.




¿Por qué no queremos defensas demasiado activas?


Uno de los desafíos que nos presenta el COVID es que puede ocasionar una reacción excesiva del sistema inmune.

 

Cuando reacciona en exceso, el resultado es inflamación intensa en distintos órganos y tejidos, lo cual agrava la severidad de la infección.

 

Si pensamos al sistema inmune como un ejército, lo que queremos es que su reacción sea balanceada. No queremos que esté agotado o envejecido, pues su respuesta será muy débil cuando trate de defendernos de un virus o bacteria nocivos. 

 

Pero tampoco queremos que su reacción sea colérica y desmedida. Lo que queremos es un ejército ágil, fuerte y flexible, pero también en balance, concentrado y capaz de adaptarse y aprender para adecuar su respuesta a los nuevos retos (o variantes) que se le presentan. 




Aquí te compartimos 3 acciones simples para acercarte a ese balance del sistema inmune y varias opciones para integrarlas a tu rutina diaria.


  1. MEJORAR TU SUEÑO.

    Es quizá lo más importante que puedes hacer por tu sistema inmune: asegurar que tienes suficientes horas de sueño profundo y restaurador.

    Mientras dormimos se elevan algunas hormonas relacionadas con el sistema inmune, como la melatonina.

    Además, nuestros anticuerpos desarrollan “memoria inmunológica” de largo plazo de bacterias y virus, es como si se entrenaran y guardaran sus conocimientos para usarlos posteriormente.

    Y adicionalmente, durante el sueño se ponen en marcha procesos que aumentan la producción de células inmunes.

    Si nuestra calidad de sueño es deficiente o dormimos fuera de los horarios óptimos, hoy por hoy no hay ningún suplemento, nutriente o medicamento que pueda reemplazar estas funciones naturales. 

 

Quienes tienen deficiencia de sueño tienen alteraciones en la microbiota y en el metabolismo, son más propensos a infecciones, tienen 55% más riesgo de padecer obesidad, reportan 30% más ansiedad y suelen tener dificultades para concentrarse y tomar decisiones complejas.


TOMA ACCIÓN:

Hoy acuéstate más cerca de las 10 pm y no dejes el celular cerca de ti mientras duermes.

Tips avanzados:

  • Saca de tu habitación los aparatos electrónicos (o desconéctalos)

  • Busca que esté a temperatura fresca, puedes abrir una ventana

  • Evita mirar pantallas y luz artificial 2 horas antes de acostarte o utiliza lentes con filtro naranja

  • Cena ligerito y al menos 2 horas antes de acostarte


  1. REGULAR TU ESTRÉS.

    El estrés crónico suprime directamente varias acciones de nuestro sistema inmune, a través del cortisol. Por ejemplo, dificulta que se multipliquen los glóbulos blancos, complica que reciban señales del cuerpo y disminuye los niveles de ciertos anticuerpos.

    El estrés crónico puede tener los mismos efectos en el organismo que una mala alimentación. Provoca alteraciones en la microbiota, aumenta la inflamación, afecta la sinergia entre la microbiota y el cerebro, e impide el balance del sistema inmune.

    Aunque no podemos eliminar el estrés por completo (ni nos conviene), sí podemos introducir prácticas que le ayuden a nuestro cuerpo a salir de ese estado de sobreactivación.

    TOMA ACCIÓN:
    Hoy antes de dormir, sigue una meditación guiada de 10 minutos.

    Tips avanzados:

    • Inicia y termina tu día con ejercicios de respiración como el box breathing

    • Haz yoga, ejercicio o caminatas al aire libre - Moverse también es buenísimo para el sistema inmune

    • Recibe masajes o acupuntura periódicamente

    • Adopta la práctica del journaling con ejercicios de introspección

    • Inicia una práctica diaria de gratitud

  2. ENFOCAR TU ALIMENTACIÓN.


Sin nutrientes, el sistema inmune no tiene municiones.

Hay estudios que muestran que un cambio de alimentación sostenido durante al menos 4 semanas puede hacer una diferencia significativa en nuestra flora intestinal y en la manera en que esas bacterias interactúan con nuestro sistema inmune.

En cambio, una alimentación alta en toxinas provoca inflamación constante en el organismo porque el sistema inmune detecta esas toxinas y activa sus mecanismos de defensa. Esta inflamación es el inicio de muchas enfermedades, desde hígado graso hasta depresión, obesidad o cáncer, y suele empeorar nuestros resultados de salud en caso de contagiarnos de COVID.

Déjanos ayudarte a transformar tu alimentación y así apoyar tu sistema inmune. Inscríbete al Keat Start (1 semana) o al Reto Keat (4 semanas).

TOMA ACCIÓN:
Hoy incluye 1 ingrediente natural que rara vez comes. Entre más variado y orgánico puedas comer, mucho mejor.

¿Qué tal comer ostras, semillas de hemp, alcaparras, echalotes, macarela, hongos shiitake, hígado, sardinas, cúrcuma, ajo o coles de bruselas?

Todos estos alimentos son ricos en nutrientes indispensables para el sistema inmune, como zinc, vitamina C, quercetina, vitamina D y omega 3.

Tips avanzados:

  • Haz todo lo posible para eliminar o reducir los alimentos que están dañando directamente tu sistema inmune, como azúcares, refrescos, alimentos procesados industriales y alcohol. 

  • Incluye probióticos como kéfir, kimchi, sauerkraut

  • Incluye alimentos que ayudan a reparar las paredes digestivas, como el Kaldo Keat (pues más del 70% del sistema inmune está en el intestino). Es una maravilla para reforzar el sistema inmune y ya está armado un programa para ayudarte a lograr ese balance. Pídelo aquí. 


OTRAS PUBLICACIONES

PRODUCTOS RELACIONADOS
Keat® Start 5 días

Keat® Start 5 días

¡5 días enfocados en renovar tu salud! _____ Este programa es ideal para empezar a mejorar..

$8,489.00