Cuando alguien tiene depresión, ¿cuál crees que sea el órgano clave para mejorar?


  1. El cerebro

  2. El intestino


La respuesta es… AMBOS.


Nuestro intestino es la sede del sistema nervioso entérico.


Esto significa que el intestino tiene un sistema nervioso propio: una red de células nerviosas, neurotransmisores y proteínas que intercambian información a través de impulsos eléctricos y señales químicas. 


Está compuesto por dos capas que recubren el tracto gastrointestinal con más de 100 millones de células nerviosas —es decir, más células nerviosas que la médula espinal. 


Por eso se reconoce al intestino como un segundo cerebro. No es capaz de procesar pensamientos y argumentos como el cerebro craneal, pero sí es increíblemente complejo, envía comunicaciones al cerebro craneal y es capaz de influir en nuestro comportamiento, estado emocional y procesos mentales.




El eje intestino-cerebro


Crecimos con la enseñanza de que el cerebro craneal es similar a un director de orquesta para el resto del organismo: envía instrucciones a los órganos, toma decisiones, procesa la información compleja.


Hoy sabemos que el intestino envía hasta 400 veces más información al cerebro craneal que viceversa. El intestino (nuestro cerebro entérico) envía mensajes al cerebro a través de neurotransmisores, hormonas y citoquinas que tienen un impacto significativo en:


  • Estado de ánimo

  • Pensamientos y decisiones

  • Emociones

  • Apetito

  • Sueño

  • Actividad creativa

  • Percepciones

  • Intuición


El cerebro entérico es un poderoso centro de control que se comunica con el cerebro craneal de forma bidireccional. El eje intestino-cerebro es como una autopista de doble carril: la información viaja en ambos sentidos.




Nuestro segundo genoma


El intestino también es la sede de ese universo de microorganismos que conocemos como flora intestinal o microbiota. Tenemos alrededor de 500 especies distintas y en total pueden pesar más de 1 kg.

Cada uno de esos trillones de seres tienen su propia información genética. En conjunto, tienen al menos 100 veces más genes que nuestro cuerpo humano. Es decir que de los genes que determinan nuestra salud diaria, menos del 1% son nuestros y más del 99% son de nuestras bacterias, virus y microorganismos. 




¿Y qué significa todo esto para la salud cerebral?


Cuando ese sistema intestinal no está en balance y saludable, todo el organismo sufre las consecuencias, incluido el cerebro.


En la microbiota se sintetizan los neurotransmisores que conocemos como nuestras “hormonas de la felicidad”:


  • El 90% de nuestra serotonina

  • El 50% de nuestra dopamina


Por eso para tener un cerebro saludable, necesitamos un intestino saludable.




Algunos datos adicionales acerca de esta relación:


  • Más del 20% de las personas que tienen intestino irritable presentan síntomas de depresión

  • Simplemente con analizar la microbiota de un niño se puede distinguir si tiene autismo o no. La microbiota de niños con autismo es radicalmente distinta que la de los demás niños

  • En un grupo de pacientes con falla hepática se logró prevenir o curar síntomas de delirio y niebla mental simplemente eliminando bacterias específicas que estaban produciendo toxinas que su hígado no era capaz de procesar. Al eliminar esas bacterias, los síntomas desaparecían casi de la noche a la mañana


Se han encontrado datos parecidos con respecto a los trastornos de sueño, problemas de comportamiento en niños, trastornos de ánimo como depresión y ansiedad: el intestino era la pieza clave para mejorar. 


Un intestino saludable tiene un impacto directo en nuestra memoria, estado de ánimo, atención, emociones, cognición y comportamiento.




¿Qué hacer para que tu intestino esté más saludable?


Aquí hay 3 pasos esenciales para un intestino más sano:


  1. Retira todos los agresores que puedas, especialmente:

  • Comida procesada, azúcares refinados, refrescos, tabaco, alcohol

  • Exceso de antiinflamatorios, antibióticos, antiácidos, esteroides y otros fármacos que pueden dañar el intestino o la función digestiva cuando son innecesarios o excesivos

  • Estrés crónico, que altera tu cerebro entérico y provoca desbalances en tu microbiota. 


  1. Ayúdale a tu cuerpo a reparar el recubrimiento intestinal tomando un Kaldo Keat cada día.

    El colágeno, la glutamina y otros nutrientes de los Kaldos son ayuda directa y específica para estos tejidos. Por eso el caldo de huesos es el alimento ideal para mejorar la salud intestinal y cerebral.

    Si optas por una sola acción en favor de tu estado de ánimo, tu claridad mental y tu memoria, que sea esta.

    Pide aquí tu programa de Kaldos Microbiota.

  2. Elimina parásitos, crecimiento excesivo de hongos y levaduras.

    Haz un Programa de Desparasitación Lunar. Vas a lograr:

    • Mejorar el funcionamiento de tus enzimas digestivas

    • Retirar alimentos que te causan sensibilidad a ti en particular, con frecuencia: gluten, lácteos convencionales, aditivos sintéticos

    • Aportar los alimentos que le encantan a tu microbiota para multiplicar las familias benéficas

    • Ayudar a tu cuerpo a eliminar toxinas que están obstaculizando la salud intestinal y cerebral




Toma una taza de Kaldito caliente cada día y estarás un poco más cerca de ese intestino feliz y sano —que es la clave para que tu cerebro esté ágil, alegre y saludable. 


¿Conoces a alguien que necesite saber esto? Compártelo con él/ella, estamos aquí para apoyarlos. 





Referencias


“Think Twice: How the Gut's "Second Brain" Influences Mood and Well-Being”, Scientific America, 2010

https://www.scientificamerican.com/article/gut-second-brain/


“Gut Microbiome and Depression: How Microbes Affect the Way We Think”, 2020

https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC7510518/


“Gut feelings: the emerging biology of gut-brain communication”, 2011

https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/21750565/


“Urinary metabolic phenotyping differentiates children with autism from their unaffected siblings and age-matched controls”, 2010, J Proteome Res


“Rifaximin treatment in hepatic encephalopathy”, 2010, N Engl J Med