Si imagináramos a nuestras defensas como un ejército… 

tendríamos que saber que no es sólo un pelotón de soldados, sino una red muy compleja que no solo tiene soldados rasos, sino también sectores de élite, estrategas, municiones, cuerpos de paz y hasta residencias de adiestramiento. Algunos defienden las fronteras, otros llevan registro de las batallas y aprenden de lo que ha funcionado y de lo que no ha funcionado. Algunos producen armas, otros combaten mano a mano, otros deciden hacia qué territorios se mueven las tropas y otros más se encargan de restaurar el equilibrio. 


Cuando un virus ataca al cuerpo, se requiere una respuesta coordinada y muy fuerte por parte de todos estos componentes del ejército. Y para poder responder así, el ejército necesita el apoyo de los demás sistemas: por ejemplo, necesita que haya suficiente presupuesto, que las carreteras funcionen bien, que la comunicación sea eficiente, que no haya otros ataques simultáneos que estén debilitando o distrayendo a sus tropas. Además, conforme el ejército haga su labor, probablemente causará daños a su paso. Y se necesita que el país (y otras partes del ejército) puedan reparar esos daños, reconstruir y limpiar. 


Con el sistema inmune sucede lo mismo. Cuando el coronavirus logra replicarse dentro del cuerpo, vive en las células que recubren los pulmones y el sistema respiratorio. Al combatir este virus, el sistema inmune puede causar daños colaterales al resto de los tejidos del cuerpo, provocando muchos de los síntomas. 




En el caso del sistema inmune, hay 4 pilares en especial que necesitan funcionar bien en el cuerpo para que el ejército pueda hacer el mejor trabajo posible. Si estos pilares están fallando, las defensas serán débiles y poco eficientes. Pero si apoyamos estratégicamente estos pilares, tendremos un ejército inmune mucho más robusto, mejor nutrido, más joven y resiliente. 


Te compartimos también algunos pasos prácticos que puedes tomar para fortalecerlos. Y si quieres que te ayudemos paso a paso para darle un entrenamiento y refuerzo intensivo a tu ejército, ¡únete a un Keat Start!


  1. MUNICIONES Y HERRAMIENTAS:
    Alimentos antioxidantes y con los nutrientes necesarios

    Cada que una célula produce energía para funcionar, también se producen radicales libres que son moléculas de oxígeno que perdieron un electrón. Estas moléculas causan daño a las células y tejidos a su alrededor y nuestro cuerpo utiliza antioxidantes para neutralizarlas. Entre más activo sea un tejido, más radicales se producen y más antioxidantes necesita el cuerpo. Por ejemplo, si entran más toxinas al cuerpo, el hígado se activa más para eliminarlas. Los músculos más activos también producen más radicales libres. Por eso, los antioxidantes son una herramienta clave que el sistema inmune necesita para ayudar a que las células dañadas por los radicales libres se recuperen, y para evitar que el daño se extienda. No menos importante es mencionar que los antioxidantes también tienen funciones antivirales.

    La mejor manera de obtener antioxidantes es a través de la comida, en especial:

    1. Frutas: frutos rojos, manzanas, peras, uvas, granadas, naranjas, duraznos, plátanos, limones, toronjas, ciruelas

    2. Vegetales: cebollas moradas, alcachofas, chícharos, okra

    3. Hierbas y especias: clavo, perejil, eneldo, tomillo, alcaparras, cacao, orégano, salvia, romero

    4. Nueces y semillas: de castilla, pecanas, de la India, pistaches, linaza

    5. Otros: té negro, rojo y verde, frijoles negros, alubias, habas


PASOS PRÁCTICOS: incluye 5 de estos alimentos en tus comidas cada semana. Asegúrate de rotarlos para incluir mayor variedad cada vez. Además, evita los alimentos pro-inflamatorios (toda la comida industrial, con aditivos, con pesticidas, hormonas, etc.) y altas cantidades de azúcar.

  1. EQUILIBRIO:
    Sistema de estrés en balance

    Imagina un ejército que está siendo atacado todo el tiempo. Está enfocado en defenderse, pero no tiene oportunidad para limpiar el lugar en donde duerme, analizar su estrategia, curar a los heridos, entrenar a los nuevos ni darle mantenimiento a sus armas. ¡Mucho menos tiene tiempo para descansar y reponer fuerzas!

    Cuando estamos en estrés constante, nos sucede lo mismo. Nuestro cuerpo no puede reparar células ni tejidos dañados, limpiarse ni recuperarse. Por eso es tan importante reducir activamente nuestros niveles de estrés, reservar tiempo de descanso y de ocio, practicar ejercicios de respiración, practicar alguna actividad física, pasar tiempo en la naturaleza y adoptar herramientas de regulación emocional y de introspección. Además, es esencial que dormir bien sea una prioridad. Todo esto ayudará a que el metabolismo de las hormonas (adrenales, sexuales, tiroideas, etc.) esté en balance y sea más resiliente. ¡Calma y fortaleza para tu ejército!

    PASOS PRÁCTICOS: elige alguna de estas actividades (que no practiques ya) e intégrala a tu rutina esta semana.

  2. FRONTERAS, INFRAESTRUCTURA Y REFUERZOS:
    Sistema gastrointestinal fuerte — microbiota y paredes intestinales

    Lo que una microbiota saludable hace para el sistema inmune no cabe en una palabra.
    El 70% de las células inmunes se desarrollan en el tejido linfático que está en las paredes intestinales. La microbiota combate bacterias patógenas, estimula a las células inmunes para que produzcan substancias antiinflamatorias y se comunica con el sistema nervioso para modular la respuesta inmune.

    Por otra parte, las paredes intestinales funcionan como una barrera física que deja pasar los nutrientes a la sangre, pero detiene a los invasores.

    Una microbiota saludable depende de muchos factores: si naciste por parto natural o cesárea, si has tenido una higiene excesiva, si te alimentaron con leche materna, si tu estrés es crónico, si duermes bien o no, si estás activo físicamente o no, si tu alimentación es procesada, si comes suficiente fibra y nutrientes, si estás expuesto a demasiadas toxinas, si tomas antibióticos, alcohol y medicamentos, si tienes infecciones o no, entre otras.

    Una clave para empezar a mejorar la microbiota es consumir suficientes probióticos y prebióticos. Los prebióticos son el alimento de la microbiota y los encontramos en la fibra de todos los vegetales. Los probióticos son alimentos fermentados, como kéfir, kimchi y sauerkraut. El yogurt comercial, aunque prometa mucho, no suele ser un probiótico muy efectivo y contiene substancias inflamatorias. 

    PASOS PRÁCTICOS: esta semana, trata de que en todas tus comidas tu plato esté ocupado en un 75% por vegetales. Entre más variedad, mejor. Además, introduce algún alimento fermentado en tu alimentación, de preferencia casero. Y asegúrate de atender los síntomas digestivos que tengas (como estreñimiento, diarrea, gastritis, gases, inflamación). Un Tune Up o un Programa de Caldos Keat pueden ayudarte a atenderlos.

  3. LIMPIEZA:
    Procesos de desintoxicación eficientes

    Imagina un ejército tratando de combatir en un pantano, mientras trata de contener una plaga de avispas y respirando aire contaminado por una explosión cercana.
    Cuando el cuerpo recibe demasiadas toxinas y los procesos de desintoxicación están rebasados, el sistema inmune tiene que atender muchos frentes a la vez, con pésimas condiciones. Cuando está así de saturado, incluso un enemigo pequeño lo puede hacer colapsar (como una gripa común).

    Las toxinas aumentan el estrés oxidativo (del que hablamos con el primer pilar) y la inflamación.

    La desintoxicación ocurre en muchos niveles: en cada célula, en el hígado, en las substancias que se expulsan a través de la respiración, del sudor, de la orina, etc. Pero el maestro en desintoxicación siempre será el hígado. Por eso, hay que apoyarlo de todas las formas posibles:

    1. Alimentos que apoyan los procesos de desintoxicación, como crucíferos (brócoli, coliflor, col, etc.), hojas verdes y todos los vegetales, además de nuestros Caldos Keat. 

    2. Comer suficiente fibra (que está en todas las verduras), pues es la que ayuda a que las toxinas salgan junto con los excrementos.

    3. Reducir las toxinas en tu ambiente: usar menos plásticos, en especial en la cocina; incluir más alimentos orgánicos y menos procesados para evitar conservadores, pesticidas y herbicidas; revisar cuántas toxinas tienen tus productos de aseo personal y de limpieza; evitar cigarro, aire contaminado, suplementos artificiales etc. 


PASOS PRÁCTICOS: ¿puedes eliminar 3 fuentes de toxinas a las que has estado expuesto hoy? Por ejemplo, no volver a usar una botella de agua de plástico o un sartén de teflón, cambiar un producto de limpieza por una alternativa natural, comprar una pasta de dientes natural o comprar algunas frutas y verduras en un mercado orgánico. 




¿Cuál de estos pasos prácticos tomarás desde hoy? 


El Método Keat está aquí para acompañarte paso a paso en el proceso de construir una salud maravillosa no sólo durante esta pandemia, sino siempre. Escríbenos si necesitas apoyo específico o si estás preocupado por el sistema inmune de algún amigo o familiar y quieres saber cuál es la opción ideal para apoyarlos.

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