“Antes de curar a alguien, pregunta si está dispuesto a renunciar a lo que le ha enfermado”. 


Este aforismo es de Hipócrates, el padre de la medicina occidental. 


Tiene sentido, ¿no? 


No sirve de mucho tratar de rehabilitar a un alcohólico si no quiere dejar de beber.


Pero aplica también para todo eso que nos enferma y que no es tan evidente:


Hacer un ayuno… y después seguir comiendo alimentos con aditivos


Salir a caminar… y después pasar una tarde estresante, sin alguna práctica para regularte


Comprar un shampoo orgánico… y después respirar aromatizantes por toda la casa


¿Estás dispuesto a renunciar a eso que te enferma y te intoxica?


Con estas prácticas puedes ir liberándote poco a poco de lo que te hace daño —y al mismo tiempo, ayudarle a tu hígado a deshacerse de las toxinas que se han estado acumulando durante años.


Y esto trae beneficios para todo el cuerpo, porque sabemos que el hígado es uno de los pilares de nuestra salud:

  • Piel más sana

  • Mente más ágil

  • Hormonas bien reguladas

  • Mejor absorción de nutrientes y digestión más eficaz

  • Necesidad de menos medicamentos

  • Menor propensión a enfermedades no contagiosas

  • Reducción de peso

  • Menos inflamación

  • Mayor inmunidad

  • Menos envejecimiento

  • Estado de ánimo más estable, menos ansiedad

  • Sueño más profundo y más energía


¿Por qué rituales?


Una práctica se vuelve ritual cuando le agregas INTENCIÓN.


Y cuando lo haces, sus beneficios aumentan. 


Basta con tomar un momento antes de iniciar para hacer una respiración bien profunda y enfocarte en tu intención.


En cada práctica incluimos un ejemplo.


La clave es no leerla como si fuera un libro de texto, sino concentrarte en vivir esa sensación de la manera más completa que puedas. Nuestra mente es poderosa y al activar ese estado de salud y plenitud una y otra vez, vamos abriendo el camino para llegar ahí cada día con mayor facilidad. 


PRÁCTICAS DIARIAS:


  1. SUDAR
    Al hacer ejercicio o tomar un baño de sauna, tu cuerpo elimina toxinas e incluso metales pesados como arsénico, mercurio y plomo.

    Extra: puedes tomar té de jengibre, menta o hierbabuena antes para promover la sudoración.

    Intención antes de empezar:
    Al desintoxicar mi cuerpo, me conecto con mi mejor versión


  1. CEPILLAR TU CUERPO
    En seco, antes de bañarte. Para que favorezca el sistema linfático, busca que sea un cepillado muy suave y siempre en dirección al corazón. El cepillo ideal es de cerdas naturales, como el que viene en el Kit Liver Lover (junto con instrucciones más detalladas).

    Intención antes de empezar:
    Mi cuerpo se siente limpio, pleno y saludable

  2. LIMPIAR TU LENGUA Y HACER OIL PULLING
    Te puede sorprender la sensación de limpieza profunda.
    Toma una cucharada de aceite de ajonjolí o de coco y haz buches durante al menos 10 minutos (idealmente 20). Recorre toda la boca y el espacio entre los dientes. Recuerda escupirlo en el bote de basura para no tapar la tubería. Después, lávate los dientes normalmente y al finalizar usa un raspador de lengua (de cobre o de acero inoxidable) para limpiar la lengua suavemente, 3 veces. Enjuaga y disfruta de la sensación.

    Intención antes de empezar:
    Cada que limpio mi cuerpo, todo se facilita, todo se agiliza


PRÁCTICAS PARA CADA SEMANA:

  1. DESHACERTE DE ALGO
    Ese antitranspirante que sabes que tiene químicos agresivos: fuera.
    Ese suéter que amaste, pero que ya nunca usas: fuera.
    Esas pastillas que llevan años en el botiquín, sin usar: fuera.
    Ese suplemento que sabes que es sintético: fuera.

    Si cada semana sacas UNA cosa, poco a poco irás aligerando tu espacio, tu carga tóxica… y tu mente.

    Intención antes de empezar:
    Me deshago de lo que ya no sirve, le doy la bienvenida al cambio

  2. SALIR A LA NATURALEZA
    Una vez por semana, para recalibrar.
    Cualquier pretexto es bueno: llevar a los perros a correr, ir a nadar en un río, remar en un kayak, hacer un asado en el bosque, hacer bici de montaña, tomar fotografías con cámara reflex, hacer yoga al aire libre.
    Lo que sea que te permita pasar horas en el hábitat para el que fuimos creados, mientras tu cuerpo se regula y tus células se desinflaman.

    Intención antes de empezar:
    Estoy destinado a una vida de paz, bendición y salud


PRÁCTICAS PARA CADA MES:

  1. HACER UN TUNE UP
    Una encuesta reciente encontró que el 83% de las personas no se sienten bien. Sólo el 17% siente que tiene buena salud.
    Una de las grandes causas es que muchas personas tienen hígados muertos de hambre (con déficit de nutrientes) y llenos de toxinas.
    Por eso los Keaters le damos un mantenimiento constante a nuestro hígado, con un Tune Up al mes. Es una inversión que se recupera de inmediato, porque un cuerpo sano es la riqueza fundamental.

    Intención antes de empezar:
    Soy el maestro de mi vida y de mi destino. ¡Gracias, vida!


  2. REGALARTE UNA TERAPIA ANTIESTRÉS
    Un masaje linfático, acupuntura, una clase de yoga y pranayama, una tarde de meditación, un grupo de trabajo introspectivo, una clase de arte… o cualquier otra que se te ocurra.

    Cualquier práctica para salir del estado de estrés le va a encantar a tu hígado.

    Intención antes de empezar:
    Me siento en armonía, soy afortunado



Un Keater limpia su microbiota, purifica su hígado, descongestiona sus hormonas y refuerza su sistema inmune. 


Lo consigue con hábitos pequeños y grandes, desde beber agua pura al despertar hasta marcar en su calendario dos compromisos ineludibles todos los meses: 3 días de ayuno con Kaldos y 3 días de mantenimiento al hígado con un Tune Up. 


Quien ya encontró cómo vivir saludable sin esfuerzo.


Quien comprendió que lo primero es cambiar la química de su cuerpo, porque un cuerpo intoxicado es más fuerte que la voluntad más férrea.


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