Durante la luna llena, muchos animales cambian su comportamiento. 🌛🐋
Decenas de especies corales se sincronizan para liberar espermas y óvulos al océano - y así aumentar las probabilidades de éxito reproductivo.
Los tiburones, búhos y leones cambian sus hábitos de cacería, al igual que sus presas (que se ocultan y disminuyen su actividad para protegerse de ese aumento de visibilidad) 🦁
Las ostras cierran sus conchas.
Todo tipo de organismos marinos - desde plancton y crustáceos diminutos hasta ballenas - cambian sus hábitos. 🦀
Hay plantas que encapsulan su polen en gotas de líquido y las expulsan durante la luna llena para que su luz incremente su brillo y atraiga a los polinizadores. 🍃
Otros animales usan el ciclo de la luna para orientarse y dirigir sus migraciones.
Incluso los perros y gatos que viven con humanos tienden a salir y accidentarse más durante las noches de luna llena - probablemente como eco de los hábitos de cacería de sus antepasados.
Estas coreografías suceden en el mundo natural todos los meses: muchos animales cambian sus hábitos de reproducción, alimentación y movimiento durante la luna llena, desde organismos microscópicos hasta mamíferos y plantas.
¿Por qué seríamos excepción los humanos? 👫
También nuestro cuerpo responde a estos cambios.
Aunque en las ciudades no necesitamos salir a cazar de noche ni sincronizar las citas romanticas cuando hay luna llena, en nuestro cuerpo primitivo sí se modifican procesos químicos, sustancias y reacciones que responden a la fase lunar.
Las personas que trabajan en atención médica de urgencias, en hospitales psiquiátricos y en salas de parto aseguran que sus noches más activas son las de luna llena - aunque muchos otros aseguran que es un mito.
Entonces, ¿Cómo influye la luna en nuestro organismo?🌛
El mecanismo más evidente es la fuerza gravitacional.
La luna ejerce gravedad sobre la tierra, en especial sobre las aguas. Esto es lo que provoca la subida de la marea todas las noches.
Cuando hay luna llena se registran mareas aún más altas —esto es porque la luna está alineada en línea recta con el sol, con lo que la fuerza de gravedad que jala el agua es doble: viene de la luna y también del sol. Lo mismo ocurre en luna nueva. 🌊
Sabemos que nuestro organismo está compuesto, en su mayor parte, por agua (contenida dentro de los tejidos, los órganos, las células, la sangre, la piel, el cerebro…)
Si la gravedad lunar puede movilizar el agua de los océanos… por supuesto que también provoca cambios en esos 40-50 litros de agua que están dentro de nuestro cuerpo (o en esos 600 ml de líquido amniótico que hay en el útero de una mujer embarazada).
El ritmo del planeta
Los cambios en las mareas no son el único efecto de la gravedad lunar.
La luna también actúa como un freno que ralentiza la rotación de la Tierra. Hubo un tiempo en que la Tierra giraba mucho más rápido y los días duraban alrededor de 5 horas. Mientras tanto, la luna se aleja 3.78 cm por año —la misma velocidad a la que nos crecen las uñas. A muy largo plazo, en miles de millones de años, este alejamiento de la luna hará que los días sean mucho más largos en la Tierra. 🌕🌓
Y eso transformaría por completo los ritmos a los que estamos acostumbrados: las estaciones, el clima, los ciclos de vida. Con la luna más lejana y la Tierra rotando más lento, es probable que el eje terrestre se desestabilice (igual que al girar un balón de básquet sobre un dedo, al reducir su velocidad se desestabiliza), que los polos cambien de orientación y que el planeta se vuelva inhabitable.
En suma: los ritmos de nuestro planeta son un equilibrio complejo en el que la luna juega un papel crucial. Y nuestros cuerpos no están exentos de ese ritmo. 🌍
No necesitamos un estudio científico que demuestre cada uno de los cambios que suceden a nivel químico en nuestro organismo (aunque sería maravilloso, cuando haya inversionistas que decidan hacerlo posible).
Mientras eso sucede, ya está a nuestro alcance la herramienta más poderosa para entender esos cambios: recuperar la conexión con nuestro cuerpo.
Conectar. Escucharnos. Y accionar, hacer cambios.
3 formas simples para empezar:
1. Toma la luz de la luna llena.🌜
Nuestro cuerpo tiene relojes internos que se sincronizan con el ritmo del sol —y también con el ritmo de la luna. Así como en un reloj de pulsera antiguo hay que girar la perilla para ajustar la hora, en nuestro cuerpo lo que realiza ese ajuste es la luz.
Si tomas la luz del sol en la mañana, tu cuerpo secreta las hormonas y sustancias necesarias para que tengas energía, para que estés alerta, para que se active la digestión —y para que cuando llegue la hora de dormir, esos procesos se apaguen y te permitan descansar.
Si tomas la luz de la luna llena, tu cuerpo secreta hormonas y sustancias distintas, que mantienen la regularidad y el equilibrio en tu sistema.
Podrían ayudar a que duermas más profundamente, a que proceses emociones complejas, a que pongas atención en temas que podrían pasar desapercibidos el resto del mes —como ese deseo de aprender a tocar un instrumento o de recuperar la relación con alguien con quien discutiste hace años.
¿Cómo se hace?
Puedes salir a beber una infusión a la luz de la luna, incluso hacer una meditación guiada o leer un libro.
Asegúrate de apagar todas las luces artificiales, incluido el celular, al menos una hora antes. Si el clima lo permite, descubre tus brazos, espalda o piernas para permitir que tu piel reciba la luz de la luna. Y esa noche deja las cortinas parcialmente abiertas para que tu cuerpo siga recibiendo la luz de la luna mientras duermes (todas las demás noches, te recomendamos oscuridad total para dormir más profundo).
2. Haz un Programa Lunar. 🦠
En tu cuerpo hay trillones de microbios que responden a la luna llena. Comen más, son más activos, se reproducen más.
Pero sólo pueden alimentarse de lo que tú comas.
Si comes una dieta promedio, es probable que aumente el desequilibrio en tu microbiota (porque el efecto se potencia durante la luna llena).
Aumentan las bacterias poco saludables que provocan mala digestión, poca energía, problemas en la piel, poco aprovechamiento de nutrientes, desequilibrios hormonales, bajo rendimiento cerebral…
En cambio, si haces un Programa Lunar, cambias la población de bacterias. Aumentas el número de bacterias saludables, reduces parásitos y aumentas la diversidad de microbios.
Esto crea un ecosistema interno más fuerte y se refleja en toda tu salud: niveles hormonales, defensas, buen humor, motivación, concentración, velocidad para digerir y aprovechar nutrientes, despertar con energía, etc.
Para unirte al próximo Programa Lunar, pídelo desde ahora para tener listo y fresco en tu puerta dentro de unos días: Pide tu Programa Lunar
3. Revisa con quién vas a compartir tiempo ese día. 👫
Los días más próximos a la luna llena, evita relaciones que te drenan o que te hacen recuperar los malos hábitos.
Busca pasar tiempo con personas que alimenten lo bueno en ti.
La luna llena tiene ese efecto multiplicador del que hablamos al inicio - en hábitos de alimentación, conexión, movimiento. Se dice que nos parecemos más a las 5 personas con las que pasamos más tiempo, así que hay que elegirlas con cuidado. 🥰
Que sean personas que te dejan sintiéndote recargado y motivado —mientras tú fortaleces a la parte saludable de tu microbioma.
Que te ayudan a deshacerte de viejos patrones y abrirte a nuevas posibilidades —mientras tú eliminas parásitos, toxinas, microorganismos nocivos y permites que ocurran los cambios necesarios en tu cuerpo.
Que se mantienen optimistas y activos — mientras tus alimentos ayudan a tu cerebro a recibir serotonina y a tu sistema nervioso a relajarse.
Que conocen su poder y lo utilizan con sabiduría —mientras tú, con cada bocado, nutres tu poder interno y tu vitalidad.
Únete a la Komunidad Keat y alimenta y aprovecha esa energía multiplicada!