Esta es la fórmula esencial para mimar tu sistema digestivo y darle un soporte sólido a tu cuerpo, ¡con el sabor familiar que todos conocen y aman!
Cocemos huesos de pollo a baja temperatura durante hasta 24 horas para asegurarnos de extraer todos esos nutrientes mágicos que tu cuerpo adora.
Nuestros caldos son como un cariñito al alma, libres de conservantes, saborizantes y otros químicos raros que no necesitamos. Así que, cuando pidas tus kaldos k.eat, llegarán frescos y congelados, listos para disfrutar.
Cada caldo viene en una bolsa individual de 325 ml, ¡perfecto para una porción! No olvides hacer un huequito en tu congelador para guardarlos.
Caldo de huesos de pollo, poro, zanahoria, cebolla, vinagre de manzana, apio, perejil, ajo y sal mineralizante k.eat.
- Mantén tus kaldos en el congelador a -18°C.
- Para descongelarlos, simplemente pasa uno al refrigerador un día antes. ¡La paciencia es la clave!
- Cuando estés listo, vierte tu caldo en una olla de vidrio o acero inoxidable (nada de microondas, por favor) y caliéntalo hasta que hierva. Sirve y disfruta de tu momento reconfortante.
- Una vez abierto, guárdalo en el refrigerador y consúmelo en menos de tres días. Recuerda, ¡no lo vuelvas a congelar!
- Perfecto para disfrutar directamente como una sopa deliciosa.
- También es una base increíble para tus recetas favoritas.
- Muchos de nuestros k.eaters aman añadir un toque de limón, aguacate, cebolla, cilantro o pico de gallo. ¡Hazlo a tu manera!
Comprometidos con el medio ambiente: nuestros ingredientes provienen de campos y granjas con prácticas responsables. No somos fans del plástico :(, pero por ahora, es lo mejor que hemos encontrado para mantener nuestros caldos frescos. ¡Prometemos seguir buscando opciones más sostenibles!
Y si te unes a nuestros Programas de Kaldos, contáctanos vía WhatsApp. ¡Uno de nuestros Monitores k.eat® estará encantado de ayudarte!
*Esta información debe entenderse como una guía informativa y no como un consejo médico. No sustituye la atención, el diagnóstico o el tratamiento que solo un profesional familiarizado con la historia clínica de cada persona puede proporcionar. Consulta a tu médico antes de realizar cualquier cambio significativo en tu alimentación.
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